La hoja en blanco

Una hoja en blanco muchas veces puede ser un comienzo, un reinicio, para de ella crear algo nuevo, ya sea un texto, un libro, un dibujo, lo que sea, pero para todo ello necesitamos algo, y es la imaginación.
¿Nunca os ha pasado que necesitáis expresaros en esa hoja en blanco y no sale nada? Es de las cosas más frustrantes que te puede pasar, pero siempre hay tres opciones, la primera que es dar carpetazo y cerrar la puerta a crear que sería la opción más fácil, la segunda que es la opción de que te obsesionas con que lo tienes que hacer y te bloqueas con lo cual, no saldrá nada y si sale será confusión, o tienes la opción de respirar hondo, relajarte, ponerte tu música o estar completamente en silencio, lo que sea tu "talismán" para que lo que necesites expresar salga. Después cierra los ojos, entra en ti sin importarte nada más, huye de lo de fuera, de las luces, de la gente, huye de todo adentrándote en ti y siéntete, palpa tus sentimientos cómo recorren tu cuerpo, siente cómo las ideas fluyen por tu mente, siente qué es lo que te está perturbando y en el momento que lo encuentres, atrápalo fuerte, abre los ojos y aún sabiendo que hay vida a tu alrededor sigue dentro de ti, y siente como tu mano (ya sea escribiendo o dibujando o pintando, es decir, creando) reproduce todo sin control pero sin dolor sin esfuerzo, no corras, no tienes un tiempo límite, utiliza el tiempo que necesites y cuando te des cuenta habrás acabado, y no sólo eso, habrás hecho algo que a mi me parece maravilloso, crear algo de la nada, algo que tiene más sentimiento que otra cosa, algo que es una parte de ti pero no te pertenece, algo que aparentemente no tiene mucha validez pero que la realidad es todo lo contrario. 
A demás esa hoja no solo muestra eso, tiene escondida una batalla, una batalla de la que el creador ha salido victorioso, y no es ni más ni menos que una batalla contra sí mismo y contra la hoja en blanco, una batalla con la que no cualquiera puede, una batalla que al final a ayudado a que se sume una ramita más en nuestro árbol de la vida, y esa ramita crecerá y acabará formando parte de las ramas de la personalidad y de las cicatrices, de las cicatrices que nos dejan nuestras batallas contra nosotros mismos. 
Con este texto lo que pretendo es que sepas que ni una hoja en blanco va a poder contigo, porque la imaginación es parte de ti, la inspiración está y vive en ti, y si realmente no lo encuentras, es que algo dentro de ti se está apagando, así que ten mucho cuidado porque reavivar un fuego que ya ha sido apagado cuesta mucho conseguirlo, incluso, cuando es demasiado tarde, no se puede reavivar.
Así que ya sabes, enfréntate a tu hoja en blanco y decide cuál de las tres opciones escoges.


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