Resiliencia

La resiliencia es la capacidad de hacer frente a las adversidades de la vida, transformar el dolor en fuerza motora para superarse y salir resiliente de ellas. Es decir, si tú eres una persona resiliente, eres una persona que comprende que tú y sólo tú eres el arquitecto de tu alegría, de tu vida, y por consiguiente de tu propio destino.
Pero... ¿Es algo que se lleva dentro o se va adquiriendo con el tiempo?
Bueno, yo creo que eso va dependiendo de las circunstancias de cada uno. Somos nosotros mismos los que decidimos qué puerta abrir y cuál cerrar. Puede que sea algo que vaya creciendo dentro de ti o que la vida te lleve a decidir que no hay otra salida mas que esa, o puede que salga de ti sin darte cuenta.
La resiliencia no deja de ser una decisión, una decisión que conlleva unos sentimientos que vale la pena descubrir y experimentar. Lo que se siente no se si podré llegar a expresarlo con palabras, la única que más creo que se asemeja es la esperanza, pero sólo se parece. 
Cierra los ojos y lleva tu cabeza a algún momento triste, melancólico, doloroso, de esos que impactan en el alma, revive lo que sentiste... Imagínate que en ese momento te entra un escalofrío por el cuerpo y te llena de luz el alma cuando pensabas que todo era negro, y entonces esa luz se convierte en unas gafas, unas gafas que te enseñan que todo pasa y que todo llega, que no vale la pena dejar que lo que era un vientecito se convierta en un tornado por nuestro pesimismo, que eres el único que decide sobre ti y sobre tu vida. 
Creo que en el trayecto de la vida hay que tomar ese tipo de decisiones, hay que ser resiliente para saber dónde vas, quién eres y sobretodo, a quién te llevas contigo. Sobretodo, dos compañeros fieles y aunque parezca que no compatibles, son el dolor y la sonrisa. El dolor te recordará que sigues vivo, y la sonrisa que llevarás en adelante.
Y ahora os pregunto... ¿Os unís al grupo de los resilientes? o por el contrario ¿os quedáis vagando en la penumbra de nuestras miseria?
Pero no os olvidéis que en todas las casas cuecen abas y que siempre habrá alguien peor que tú.


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