"Es más importante la historia que el destino"

¿Cuántas veces en la vida os habéis puesto una meta y no la habéis conseguido? ¿Millones verdad? Bien pues es muy normal no conseguir algunas de esas metas que nos empeñamos en ponernos, pero la mayoría de las veces, por no decir todas, nos obsesionamos en conseguirlo, nos da igual pasar por encima de cualquier cosa incluso en muchas circunstancias ni nos enteramos de lo que hemos llegado a hacer para lograrlo, pero eso pasa porque  nos cegamos, miramos tanto al futuro que nos olvidamos de lo que estamos viviendo ahora, de la trayectoria que estamos trazando en nuestro camino para conseguir esa meta, que muchas veces es un simple capricho o incluso un estándar social.
Nos pasa siempre en muchos aspectos de nuestra vida, en el amor, en los estudios, en nuestros hobbies, pero no nos damos cuenta que el tiempo pasa como una mínima brisa ante nosotros que se va y que nunca vuelve, no podemos estar perdiendo el tiempo esperando a llegar a esas metas que nos proponemos para ser felices porque entonces estamos desperdiciando la mayor parte de nuestra vida idealizando nuestro futuro, perdiendo el presente y olvidando nuestro recorrido que ese si que es importante.
Si, nuestro camino es nuestra historia y por eso es importante porque es parte de nosotros mismos, es una mochila invisible con todas nuestras experiencias, tanto buenas como malas, y no nos podemos olvidar de que la llevamos encima porque al final sin darnos cuenta mirando solamente a ese destino estamos perdiendo nuestra propia mochila, nuestra propia historia, y es algo que nunca se podrá recuperar porque en el camino nunca podremos volver para atrás, podremos dar la vuelta y acabar casi en el mismo punto pero nuestra mochila habrá desaparecido y todas esas cosas que podríamos haber aprendido, se quedan en el pasado, con nuestra mochila, con nuestra historia, y seguiremos mirando esa meta que quizás hayamos podido alcanzar, pero al fin y al cabo no somos nuestro destino, nosotros somos nuestra propia historia y perderla sería perdernos a nosotros mismos. 

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