El don de los niños

A veces me gustaría poder volver a ser  niña, no conocer lo que es estar preocupado, ser feliz con un simple peluche, tener esa venda humilde en los ojos que te hace vulnerable.
Los niños tienen el don de la felicidad, si si, de la felicidad, son capaces de echar a un lado cualquier cosa, son capaces de dibujar los problemas y hacerlos bonitos, además de eso son fuertes, para muchas personas el tener un niño al lado ha sido su timón, su salvación, imagínate ser niño y que seas el timón de alguien, que seas la fuerza para seguir, que seas lo que mas quiere en la vida.
También con capaces de perdonar más rápido, apenas conocen la traición, imagínate ahora mismo andando por la calle y ver que nadie te ha traicionado, sería bonito.
Otra de las cosas que admiro de los niños es el amor hacia los demás, ya sean familiares o no, es puro, inocente, sus sentimientos son totalmente limpios, hasta su tristeza es limpia.
Y esa risa contagiosa que todo niño tiene y que es capaz de secar cualquier lagrima, eso si que es un don.
A mi me gustaría ser niña por esas cosas, si observáis bien vuestro alrededor no hay una persona que no tenga ningún problema, un niño no es consciente de eso, su realidad es muy diferente a la nuestra. Por una parte está bien ser consciente de las cosas pero por otra a mi me da pena saber que cosas como la traición existen, la maldad, la avaricia, la infidelidad y sobretodo la cobardía. Quizás existan esas cosas porque la mayoría de las personas necesitan lo malo para valorar lo bueno, necesitan perder para valorar quién está realmente a tu lado, necesitan llorar para valorar la risa, y sinceramente a mi me parece triste que sean así las cosas. Una cosa son las lecciones que te da la vida que generalmente no son muy buenas que digamos, esas lecciones sirven para sobrevivir en este mundo, para ir trazando poco a poco tu camino lo mejor que creas elegir.
Por esas cosas y por muchas más no he apagado nunca esa parte de niña que todos tenemos dentro de nosotros, esa parte me hace desenvolverme de la niebla de la preocupación, me hace coger fuerzas para levantar la cabeza y seguir sonriendo pese a todo.

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