La perspectiva de la vida
La mejor forma de saber el significado real de una situación es alejarse, verlo desde fuera, como si estuvieses viendo un cuadro. Y aunque parezca mentira el arte y la vida están íntimamente relacionados porque todo depende de la perspectiva que le pongas. De ella depende el enfoque que estás dándole, y dependiendo a qué le des más importancia cambiará tu enfoque, cambiará tu percepción de las cosas, y por tanto, cambiará totalmente lo que significa todo lo que le rodea.
La mayoría de las veces las cosas no son como las vemos, ya que intervienen varios factores; nuestro propios valores, nuestras inquietudes, nuestro estado de ánimo, pero sobre todo, los sentimientos. Dependiendo de los sentimientos somos capaces de percibir cómo realmente es una situación, somos capaces de mirar las cosas de una manera equivocada o certera, por eso lo mejor es tomar espacio de por medio, como si de repente se abriese una grieta en el suelo entre ese cuadro y tu y no tuvieses nada para regresar a é y solo te quede observar las cosas desde la distancia.
Una vez tomada esa distancia y habiendo pasado un poco de tiempo, las cosas que antes podían perturbarte, o incluso oscurecerte empiezan a esclarecerse suavemente, como un ligero rayo de luna que emerge de entre las nubes. En ese momento es cuando eres capaz de ser objetivo con la situación, y tomas una perspectiva totalmente diferente a la que habías tomado hasta ese momento, empiezas a percibir detalles que antes no percibías porque antes solo veías el centro del cuadro, y ahora esos detalles son los que te van dando la información adecuada de cómo es realmente.
A medida que vas absorbiendo todo es inevitable quedarte asombrado, porque hasta que no has tomado ese espacio de por medio, no eras capaz tampoco de percibir lo que estaba sucediendo a tu alrededor. En ese momento tu cabeza empieza a encajar los detalles como si de un puzle se tratase, y vas adquiriendo fuerza sobre ese cuadro, y salen de ti sentimientos que antes te parecía imposible que te produjese ese cuadro, pero ahí tienes que volver a tomar espacio de por medio para analizar si te viene mejor estar alejado o todo lo contrario.
Ahí es cuando tienes que elegir quedarte y seguir mirando, o alejarte.
La mayoría de las veces las cosas no son como las vemos, ya que intervienen varios factores; nuestro propios valores, nuestras inquietudes, nuestro estado de ánimo, pero sobre todo, los sentimientos. Dependiendo de los sentimientos somos capaces de percibir cómo realmente es una situación, somos capaces de mirar las cosas de una manera equivocada o certera, por eso lo mejor es tomar espacio de por medio, como si de repente se abriese una grieta en el suelo entre ese cuadro y tu y no tuvieses nada para regresar a é y solo te quede observar las cosas desde la distancia.
Una vez tomada esa distancia y habiendo pasado un poco de tiempo, las cosas que antes podían perturbarte, o incluso oscurecerte empiezan a esclarecerse suavemente, como un ligero rayo de luna que emerge de entre las nubes. En ese momento es cuando eres capaz de ser objetivo con la situación, y tomas una perspectiva totalmente diferente a la que habías tomado hasta ese momento, empiezas a percibir detalles que antes no percibías porque antes solo veías el centro del cuadro, y ahora esos detalles son los que te van dando la información adecuada de cómo es realmente.
A medida que vas absorbiendo todo es inevitable quedarte asombrado, porque hasta que no has tomado ese espacio de por medio, no eras capaz tampoco de percibir lo que estaba sucediendo a tu alrededor. En ese momento tu cabeza empieza a encajar los detalles como si de un puzle se tratase, y vas adquiriendo fuerza sobre ese cuadro, y salen de ti sentimientos que antes te parecía imposible que te produjese ese cuadro, pero ahí tienes que volver a tomar espacio de por medio para analizar si te viene mejor estar alejado o todo lo contrario.
Ahí es cuando tienes que elegir quedarte y seguir mirando, o alejarte.
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